![]() |
Monumento a las "Cinco Águilas Blancas"ubicado en la ruta de entra o salida al Páramo y Barinas, esepcificamente en la histórica "Vuelta de Lola" |
Tal vez la pieza literaria más representativa de Mérida de
finales del siglo XIX y gran parte del XX, es la leyenda “Las Cinco Águilas
Blancas” de Don Tulio Febres Cordero. Es
una narración muy particular donde el poeta dibuja con sus palabras un mito andino
que, en su tiempo, era tradición oral entre los habitantes de la región.
"Las Cinco Águilas Blancas" representan los cinco principales picos de nuestra cordillera andina- para entonces- siempre cubiertos de nieve.
Para los merideños y merideñas (nacidos, descendientes o adoptados) que
crecimos y vivimos escuchando la historia de la “India Caribay y las 5 águilas blancas” en
las mañanas por Radio Universidad, volverla a oír es, viajar
en el corazón al encanto de la Mérida de siempre.
Innegable que los tiempos han cambiado, pero para mí no tiene
sentido que las nuevas generaciones desconozcan,
masivamente, este eslabón de oro y amor que nos conectan con la Mérida mágica que
amaremos eternamente.
“Las Cinco Águilas Blancas” de Don Tulio Febres Cordero se
publica por primera vez el 10 de julio de 1895 en el periódico merideño “El
Lápiz” y, más adelante, en el histórico “Cojo Ilustrado” de Caracas. Ya para
1898, se recopilan junto a otros escritos
de Don Tulio, en el libro “Mitos
y leyendas de Venezuela”.
Es un honor para un merideño quien
ama su tierra, iniciar la actividad de nuestro blog – también suyo- con “Las Cinco Águilas Blancas”
de Don Tulio Febres Cordero… ¿La intención?
Qué mis paisanos y paisanas que conocen la leyenda, vivan de
nuevo ese sentimiento de amor por pertenecer a tan
especial terruño.
Pero, principalmente, que las nuevas generaciones de
merideños y merideñas (nacidos, descendientes o adoptados) cultiven y preserven
el honor de ser hijos e hijas de la “Bella, Única y Mágica Mérida”.
Luis Aparicio Hernández Sánchez
Don Tulio Febres Cordero
Leyenda "Las Cinco Águilas Blancas"
Don Tulio Febres Cordero
Cinco águilas blancas volaban un día por el azul del
firmamento; cinco águilas blancas enormes, cuyos cuerpos resplandecientes
producían sombras errantes sobre los cerros y montañas.
¿Venían del Norte?
¿Venían del Sur? La tradición indígena sólo dice que las cinco águilas blancas
vinieron del cielo estrellado en una época muy remota.
Eran aquellos días
de Caribay, el genio de los bosques aromáticos, primera mujer entre los indios
Mirripuyes, habitantes de Ande empinado.
Era la hija del
ardiente Zuhé y la pálida Chía; remedaba el canto de los pájaros, corría ligera
sobre el césped como el agua cristalina, y jugaba como el viento con las flores
y los árboles.
Caribay vio volar
por el cielo las enormes águilas blancas, cuyas plumas brillaban a la luz del
sol como láminas de plata, y quiso adornar su coraza con tan raro y espléndido
plumaje. Corrió son descanso tras las sombras errantes que las aves dibujaban
en el suelo; salvó los profundos valles; subió a un monte y otro monte; llegó,
al fin, fatigada a la cumbre solitaria de las montañas andinas. Las pampas,
lejanas e inmensas, se divisaban por un lado; y por el otro, una escala
ciclópea, jaspeaba de gris y esmeralda, la escala que formaban los montes, iba
por onda azul del Coquivacoa.
Las águilas blancas
se levantaron, perpendicularmente sobre aquella altura hasta perderse en el
espacio. No se dibujaron más sus sombras sobre la tierra.
Entonces Caribay
pasó de un risco a otro por las escarpadas sierras, regando el suelo con sus
lagrimas. Invoco a Zuhé, el astro rey, y el viento se llevó sus voces. Las
águilas se habían perdido de vista, y el sol se hundía ya en el Ocaso.
Aterida de frío,
volvió sus ojos al Oriente, e invocó a Chía, la pálida luna; y al punto
detúvose el viento para hacer silencio. Brillaron las estrellas, y un vago
resplandor en forma de semicírculo se dibujó en el horizonte.
Caribay rompió el
augusto silencio de los páramos con un grito de admiración. La luna habia
aparecido, y en torno de ella volaban las cinco águilas blancas refulgentes y
fantásticas. Y en tanto que las águilas descendían majestuosamente, el genio de
los bosques aromáticos, la india mitológica de los Andes moduló dulcemente
sobre la altura su selvático cantar.
Las misteriosas
aves revolotearon por encima de las crestas desnudas de la cordillera, y se
sentaron al fin, cada una sobre un risco, clavando sus garras en la viva roca;
y se quedaron inmóviles, silenciosas, con las cabezas vueltas hacia el Norte,
extendidas las gigantescas alas en actitud de remontarse nuevamente al
firmamento azul.
Caribay quería
adornar su coroza con aquel plumaje raro y espléndido, y corrió hacia ellas
para arrancarles las codiciadas plumas, pero un frío glacial entumeció sus
manos: las águilas estaban petrificadas, convertidas en cinco masas enormes de hielo.
Caribay da un grito
de espanto y huye despavorida. Las águilas blancas eran un misterio, pero no un
misterio pavoroso. La luna oscurece de pronto, golpea el huracán con siniestro
ruido los desnudos peñascos, y las águilas blancas se despiertan.
Erizanse furiosas,
y a medida que sacuden sus monstruosas alas el suelo se cubre de copos de nieve
y la montaña toda se engalana con el plumaje blanco.
LEYENDA DE "LAS CINCO ÁGUILAS BLANCAS" (AUDIO)
LINK: http://www.youtube.com/watch?v=d7A0bAdMN8g
Desconocemos el nombre del locutor que hace la nararación de este audio, pero es el mismo que transmitía Radio Universidad: para él, donde esté, nuestro agradecimiento por su trabajo.
"LAS CINCO ÁGUILAS BLANCAS" (DRAMATIZACIÓN)
"LAS CINCO ÁGUILAS BLANCAS"
(VERSIÓN INFANTIL)
(VERSIÓN INFANTIL)
Una leyenda hermosa. Me encanta la version infantil. No, la había visto nunca. Soy una venezolana orgullosa de nuestras tradiciones y amo los Andes. Han hecho un hermoso, exquisito y excelente trabajo. Arelis Marcano
ResponderEliminar